Ese momento en el que te das cuenta de que has hechos dietas sin parar toda tu vida…

Empiezas tu primera dieta, adelgazas y al tiempo recuperas el peso perdido, piensas que eres tú que has fallado y empiezas al tiempo otra y así una y otra vez.
Cada vez es más difícil adelgazar, a veces ni lo consigues y siempre recuperas peso, puede que incluso ahora peses más que cuando iniciaste la primera dieta.
Tú vida gira en torno a la comida y como se ve tu cuerpo:
– adquieres reglas sobre qué puedes o no comer.
– culpabilidad si te saltas alguna de esas reglas.
– te pesas y revisas tu cuerpo constantemente y cada vez lo odias más
– te planteas no ir a comer con tu gente para no tomar aquello que tanto deseas
– dejas de hacer cosas para cuando adelgaces: no vas a la playa, ni te apuntas a danza del vientre, ni vas a aprender a hacer escalada, etc.
– incluso puede que hayas desarrollado un TCA (trastorno de la conducta alimentaria) o como mínimo conductas desordenadas de alimentación
– etc.
Comer se convierte en una fuente de sufrimiento…
Un día te levantas y te das cuenta de que no puedes más, que realmente llevas mucho años intentándolo con todas tus fuerzas, probando de todo: que si la dieta de la alcachofa, la proteica, baja en hidratos, ayunos, etc.
y de repente te preguntas: ¿realmente soy yo quien falla o son las dietas las que no funcionan?
No, no eres tú, las dietas simplemente no funcionan a largo plazo (el 95% de las personas que hacen dieta recuperan el peso perdido y 2/3 aumentan el peso inicial).
Si has llegado a ese punto donde no quieres saber nada más de dietas puede que te sientas un poco perdide ¿y ahora qué? Es normal sentir cierto miedo pero aunque pueda resultar difícil puedes sanar tu relación con la comida y con tu cuerpo poco a poco.
Un abrazo desde el corazón.